Alberto Arribas es uno de los referentes de “Supersaludable”, una iniciativa de la que participan profesionales de la salud, la educación y el arte, con un solo objetivo: concientizar a grandes y chicos, que alimentarse sanamente es posible, y cada vez más necesario.
La presente edición de Bariloche a la Carta tendrá nuevamente el privilegio de contar con los “superhéroes” de la alimentación saludable, que llegan desde Rosario con grandes novedades.
– ¿Cómo andan los “Supersaludables”?
– Estamos muy bien. Venimos trabajando nuevamente post pandemia muy fuerte en todo el país, con nuevos proyectos que tomaron gran impulso. Lo importante es acompañar principalmente a las infancias y a la comunidad con conceptos basados en la evidencia científica sobre la construcción de hábitos saludables, algo que cada vez se hace más difícil.
– Supersaludable se supo ganar un lugar en BALC y ya mucha gente los espera.
Para nosotros ser parte de Bariloche a la Carta todos los años nos da mucha satisfacción. Tiene algo que no sucede en otros espacios, y es que va en lo profundo. Interesa el contenido, y la posibilidad de profundizar los mensajes en cuanto a la alimentación a las infancias.
– ¿Se evidencia hoy más conciencia en la gente sobre la necesidad de alimentarse sanamente?
Me parece importante contar el rol de la cocina a los padres, las madres, y las familias. A los que son responsables de las infancias. Con este concepto de que en la cocina sí se juega, y que los chicos aprendan hábitos desde este espacio.
Por eso vamos a dar una charla para padres, madres y adultos responsables de la importancia de los hábitos en las infancias. Sobre entornos seguros en casa, acompañando a cada familia en su singularidad y buscando que los hábitos vayan cambiando de a poco. Porque muchas veces uno tiene toda la intención, pero no el escenario posible para que esto suceda.
– ¿Cómo se trabaja en los sectores donde es difícil pensar en la salud alimentaria, cuando no se pueden cubrir las necesidades básicas en este sentido?
Primero hay que entender que la alimentación es un derecho que debemos garantizar todo el sistema en general. Pero para mí la clave es volver a lo simple. Por ejemplo, la resignificación de comidas básicas como la sopa, el guiso; y no siempre pensar que dependemos para todas las preparaciones nutritivas de la carne.
Pero cuando uno va a lo llano, a lo simple, suceden cosas maravillosas. El ingredientes más importante es el amor. Muchas veces solo hay que modificar una técnica culinaria. Si uno coloca un aceite en crudo en una comida, se tiene una mejor calidad en la receta. O si se combina menos cantidad de carne y se usa texturado de soja, se están dando proteínas de gran calidad, bajando el costo y acompañando al planeta en la sustentabilidad.
El tema es cuando vamos a un comedor y vemos que hay personas que no tienen acceso al gas para cocinar, algo tan simple. O pasa que mandamos una receta y vemos que es difícil de entender en poblaciones que no tienen acceso a la educación, no saben leer ni escribir”.
Bariloche a la Carta abre el juego para poder contar estas historias. Por eso, es el espacio gastronómico más importante que tenemos en la Argentina.
– ¿Con qué expectativas llega “Supersaludables” a Bariloche a la Carta?
Vamos con todo. Con estructuras de alimentos inflables que van a volar sobre el escenario, personajes muy divertidos, bailarines, y el taller de Giorgio. Hoy la organización busca no tanto estructuras “majestuosas”; nos dimos cuenta que el mensaje podía venir igual, siempre cuidando hasta el último detalle, con la combinación de los colores, y el acercamiento de una palabra amorosa.
Hoy se habla de una alimentación mucho más pensada, responsable; con una mirada en la sustentabilidad, en la necesidad de no desperdiciar alimentos, aspectos que hace nueve años, cuando comenzó BALC no estaban tan presentes en la agenda como hoy. Realmente valoramos que uno de los eventos más grandes gastronómicos de la Argentina haga énfasis en estos temas.
Es sumamente interesante estar, más allá del teatro que haremos con la obra de “Petrona” y “Supersaludables”, poder tener los otros espacios que son más chicos en cuanto a la espectacularidad, pero más profundos en cuanto al contenido.
También vamos a brindar un taller de cocina para los comedores sociales, hablando sobre formación en alimentación saludable, nutritiva y sin desperdicio. En los talleres de Giorgio, se cocinará en el mismo predio de BALC, junto a los chicos, con productos basados en los alimentos “estrella” de la región, como chocolate, manzanas, peras. Vamos a hablar de la ley de etiquetado frontal, bajo en azúcar, sin conservantes ni aditivos. Contando otro “cuento” a las infancias.